Como "Castigo" califica Rosario Murillo sanciones en su contra
La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, tildó este martes como un «castigo» las sanciones impuestas en su contra por Canadá, Estados Unidos, Suiza, y la Unión Europea (UE), bajo señalamientos de que ha atentado contra los derechos humanos y la democracia nicaragüense, y demandó respeto. «Les llaman sanciones, pero son agresiones, porque, ¿quién ha facultado a alguien para establecer castigo?, porque sanción quiere decir castigo», señaló Murillo, a través de medios del Gobierno. La también esposa del presidente Daniel Ortega ha sido sancionada por Canadá, Estados Unidos, Suiza y la UE, por supuestamente ser responsable de ejecutar acciones que violan los derechos humanos y la democracia en Nicaragua. Con dichas sanciones Murillo no puede viajar a los países emisores ni hacer negocios con sus nacionales, y sus bienes en esos territorios están congelados. En sus resoluciones, los países y organismos han sido explícitos en que las sanciones están dirigidas a personas de forma individual, no a Nicaragua como nación. Sin embargo, Murillo exigió respeto. «Respeten, respeten, respeten, esa es la clave, por eso decimos: también es pandemia la falta de respeto a la voluntad de los pueblos, también es pandemia, fruto del egoísmo, de la avaricia, de la codicia, la soberbia, la supremacía, quieren mostrarse como dueños del mundo», continuó. Tanto Murillo como una treintena de nicaragüenses, entre ellos familiares, allegados y funcionarios de Ortega, así como empresas ligadas al gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), han sido objeto de sanciones internacionales por razones similares. Las sanciones se han establecido en el marco de la crisis sociopolítica que vive Nicaragua desde 2018, cuando al menos 328 personas murieron en protestas antigubernamentales, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de las cuales Ortega ha reconocido 200 y denunciado que se trató de un intento de golpe de Estado. Ortega y Murillo esperan ser reelegidos como dignatarios en las elecciones del 7 de noviembre próximo, en un proceso electoral que ha recibido críticas desde la oposición y la comunidad internacional por supuesta falta de transparencia y el arresto de aspirantes a la Presidencia. Tanto la opositora Unidad Nacional Azul y Blanco, como el no gubernamental Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Amnistía Internacional, Estados Unidos y la UE, han mostrado sus dudas sobre dichas elecciones.
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