La prevención de la violencia contra la mujer debe ser una política en la educación
La violencia contra las niñas, adolescentes y mujeres se visibiliza, reconoce y evidencia en las denuncias de violencia, delitos sexuales y hasta en femicidios, en donde muchos de estos son cometidos a diario, volviéndose solamente noticia sin que las víctimas y sus familiares reciban justicia en este país.
Los primeros ocho meses del año 2020, cada 26 horas con 59 minutos moría una mujer de forma violenta, y para este 2021 en sus primeros dos meses descendió a cada 17 horas con 36 minutos que muere una mujer de forma homicida, lo que registra un total de 170 muertes en lo que va del año; siendo el mes de julio con el número más alto de muertes violentas (33), seguido de mayo y febrero según el Observatorio Nacional de la Violencia (ONV) Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
Y en estadísticas del Centro de Derechos de la Mujer (CDM) en su actualización hasta el 5 de agosto de 2021, se cuentan un total de 174 muertes violentas de mujeres; 107 de ellas ocurridas con arma de fuego, con mayor incidencia en Francisco Morazán 34 y Cortés 34.
“Es un problema de salud pública que vulnera los derechos y la dignidad de las mujeres, esto se vuelve una preocupación cuando día con día mueren muchas mujeres, se vuelve continuo de violencia porque sufren de violencia psicológica, física y sexual, pero con lo que culmina con esas agresiones es la muerte violenta de mujeres”, manifestó Migdonia Ayestas, coordinadora del ONV-UNAH.
Estos datos reflejan que la violencia contra la mujer no se detiene, y continúa ya que hasta mayo de 2021 se contabilizan más de 24 mil denuncias por violencia intrafamiliar y más de 20 mil por violencia doméstica, según reportes del Sistema Nacional de Emergencias (911).
Este contexto tiene una dimensión gigantesca, y abordada desde la perspectiva del docente y coordinador de la Maestría de la Carrera de Sociología de la UNAH, Eugenio Sosa, “este tipo de violencia, es una de las violencias de mayor incidencia, es uno de los problemas más grandes de la sociedad… a estas alturas del siglo XXI gran parte de la violencia no es conocida, porque se queda atrapada en la invisibilidad, en los muros de fábrica con el acoso laboral y en muros íntimos de la familia con la violencia por parte de tíos, primos y abuelos”.
Otra perspectiva de esta problemática se enmarca en la desigualdad entre mujeres y hombres. “Cuando las mujeres no tienen acceso al poder, recursos, ingresos, empleos y muchos bienes, tienen menos posibilidades de tener independencia, autonomía, empoderarse y establecer una relación más horizontal y más igualitaria con los hombres, entonces estos acumulan poder y se convierte en acciones de abuso contra las mujeres”, añadió Sosa.
Política integral
La prevención de la violencia contra la mujer debe ser una política en la educación
La violencia contra las niñas, adolescentes y mujeres se visibiliza, reconoce y evidencia en las denuncias de violencia, delitos sexuales y hasta en femicidios, en donde muchos de estos son cometidos a diario, volviéndose solamente noticia sin que las víctimas y sus familiares reciban justicia en este país.
Los primeros ocho meses del año 2020, cada 26 horas con 59 minutos moría una mujer de forma violenta, y para este 2021 en sus primeros dos meses descendió a cada 17 horas con 36 minutos que muere una mujer de forma homicida, lo que registra un total de 170 muertes en lo que va del año; siendo el mes de julio con el número más alto de muertes violentas (33), seguido de mayo y febrero según el Observatorio Nacional de la Violencia (ONV) Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
Y en estadísticas del Centro de Derechos de la Mujer (CDM) en su actualización hasta el 5 de agosto de 2021, se cuentan un total de 174 muertes violentas de mujeres; 107 de ellas ocurridas con arma de fuego, con mayor incidencia en Francisco Morazán 34 y Cortés 34.
“Es un problema de salud pública que vulnera los derechos y la dignidad de las mujeres, esto se vuelve una preocupación cuando día con día mueren muchas mujeres, se vuelve continuo de violencia porque sufren de violencia psicológica, física y sexual, pero con lo que culmina con esas agresiones es la muerte violenta de mujeres”, manifestó Migdonia Ayestas, coordinadora del ONV-UNAH.
Estos datos reflejan que la violencia contra la mujer no se detiene, y continúa ya que hasta mayo de 2021 se contabilizan más de 24 mil denuncias por violencia intrafamiliar y más de 20 mil por violencia doméstica, según reportes del Sistema Nacional de Emergencias (911).
Este contexto tiene una dimensión gigantesca, y abordada desde la perspectiva del docente y coordinador de la Maestría de la Carrera de Sociología de la UNAH, Eugenio Sosa, “este tipo de violencia, es una de las violencias de mayor incidencia, es uno de los problemas más grandes de la sociedad… a estas alturas del siglo XXI gran parte de la violencia no es conocida, porque se queda atrapada en la invisibilidad, en los muros de fábrica con el acoso laboral y en muros íntimos de la familia con la violencia por parte de tíos, primos y abuelos”.
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