"No se adopta para hacer una obra de caridad, se adopta porque quiero ser padre y madre”
Para el experto internacional en adopciones, Diego Bonil Vaca, el proyecto de adopción no responde a “hacer una obra de caridad, o porque hayan niños y niñas en la calle” por el contrario, se adopta porque se tiene la firme convicción “que quiero ser padre, que quiero ser madre”.
La reflexión anterior fue hecha por Vaca, durante el desarrollo del III Módulo de formación que imparte a las y los servidores públicos de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia-DINAF, que intervienen en el proceso de adopción nacional e internacional, sobre el tema de Construcción y fortalecimiento de relaciones entre adoptantes y adoptado (a).
El proceso formativo se realiza a través del Servicio Social Internacional con el apoyo de la Embajada de Francia, en coordinación con el Programa de Consolidación Familiar de la DINAF, en seguimiento a la implementación del Convenio de La Haya de 1993 Relativo a la Protección de la Niñez y a la Cooperación en materia de Adopción Internacional suscrito por Honduras.
El especialista recalcó, que a través de la adopción no se le está buscando un niño o niña a una familia, sino, que se le está restituyendo el derecho que tiene la niñez a la familia, la cual debe ser la mejor, es decir, la idónea para su cuidado.
En ese sentido, explicó la importancia de trabajar con la familia adoptante, como parte del proceso de preparación para la adopción, en aras de que la vinculación con el niño o niña adoptada sea lo menos traumática posible.
De igual forma, mencionó que se debe trabajar en la preparación con los niños y niñas previo a ser adoptados, y, sobre todo, hacer efectivo durante el proceso de adopción, el derecho a la participación que tiene la niñez, al tiempo que se debe procurar que el primer encuentro entre la familia y las y los niños, debe girar en torno a un momento muy íntimo, que asegure una vinculación sana, y que no responda a un encuentro colectivo.
Desde que se asigna el niño o niña a la familia, se debe hacer primar el derecho a la participación, e informarle sobre el proceso de la adopción, y elaborar estrategias de intervención distintas para cada familia, para que haya una buena vinculación que fortalezca la estabilidad afectiva y emocional, entre el niño o niña con la familia adoptante, detalló el experto.
En base a la Ley Especial de Adopciones de Honduras, el proceso de adopción en el país comprende dos etapas: la Administrativa, que tiene por objeto que la Autoridad Central, en este caso, la DINAF, realice los estudios interdisciplinarios, la preparación de las personas solicitantes, así como las diligencias complementarias; mientras que la segunda, corresponde a la etapa judicial, que es donde la o el juez de Letras de Familia verifica el cumplimiento de los requisitos legales y técnicos, disolviendo el vínculo de parentesco preexistente y creando la nueva relación filial entre la o el adoptado y el adoptante.
El desarrollo de la jornada, también contó con la intervención de la especialista en psicología de la Subdirección de Adopciones de la Sede Nacional del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar-ICBF, Claudia Marcela Pinzón, quien socializó el modelo que implementan en materia de adopción, el cual dijo, es producto de la recolección de buenas prácticas al interior de ese país.
En el modelo colombiano, el proceso de adopción se lleva acabo únicamente a través de la vía judicial, mientras que, en Honduras, éste se resuelve mediante las dos vías: tanto por la administrativa como por la judicial.
“Todos los espacios pedagógicos y formativos de cara a la adopción van a ser siempre fundamentales y enriquecedores para todas las partes” expresó Pinzón.
En el proceso de formación, que comprende cinco módulos, participan un promedio de 70 servidoras y servidores públicos de las seis Oficinas Regionales de la DINAF, con sede en la zona Norte, Centro, Sur, Occidente, Atlántica y Centro Oriente.
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