2020 ¿Avistamiento de OVNIS será la próxima sorpresa para finalizar este año?
- Florencia Salgado
- 11 oct 2020
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 11 oct 2020
El término objeto volador no identificado, más conocido por el acrónimo ovni, se refiere a la observación de un objeto volador, real o aparente, que no puede ser identificado por el observador y cuyo origen sigue siendo desconocido después de una investigación.
El acrónimo fue creado para reemplazar al de «platillo volante», ya que a diferencia de este un ovni no tiene por qué ser necesariamente un objeto tecnológico o tripulado (puede ser también una estrella, un meteorito o un avión desconocido), y ha llegado a trascender más allá de las simples observaciones aéreas.
Autores como Erich von D o Jacques Vallée han apuntado que los antiguos carros de los dioses o las apariciones y raptos en bosques y pantanos podían ser el equivalente a los relatos ovni actuales, el fenómeno comenzó en 1947, íntimamente vinculado a los medios de comunicación.
Su interés para los gobiernos ha ido decreciendo al encontrarse explicación a la mayoría de los casos y no apreciarse nada especialmente raro ni misterioso en los no aclarados.
Sin embargo, la tendencia parece opuesta en la literatura especializada en estos temas, que ha ido creciendo en número de cabeceras y tirada, para pasar a recoger también supuestos contactos telepáticos, pretendidos secuestros y declaraciones sobre experimentos genéticos realizados por los tripulantes de dichos objetos.
Todas estas afirmaciones extraordinarias tienen en común la ausencia de pruebas extraordinarias que las demuestren. Pese a la total ausencia de las mismas, la hipótesis extraterrestre sigue siendo tema de debate.
Tras el inicio de la pandemia el avistamiento de supuestos ovnis en distintas partes del mundo se ha hecho más frecuente, y Perú no es la excepción. Aquí un repaso de los videos más sorprendentes que están dando la vuelta al mundo y cómo Japón está elaborando un protocolo para encuentros con seres de otros planetas.
El Pentágono destinó 22 millones de dólares al año a investigar ovnis hasta 2012
El Pentágono, sede del Departamento de Defensa de Estados Unidos, ha reconocido haber tenido un programa para investigar objetos voladores no identificados (ovnis) hasta 2012, en el que habrían destinado un presupuesto de hasta 22 millones de dólares anuales.

El Pentágono ha reconocido que en 2007 puso en marcha su Programa de Identificación de Amenaza Aeroespacial Avanzada, una iniciativa para la investigación de ovnis, dirigida por el oficial de Inteligencia Militar Luis Elizondo, según ha publicado el diario estadounidense 'The New York Times'.
De los 600.000 millones de dólares que se destinan a Defensa anualmente en Estados Unidos, 22 millones van al Programa de Identificación de Amenaza Aeroespacial Avanzada, pero era prácticamente imposible rastrear ese dinero, dividido en partidas más pequeñas.
Ovnis en la Edad Antigua, Media y Moderna
Los avistamientos de platillos volantes comenzaron cuando la ingeniería había logrado ya un nivel suficiente como para desarrollar motores de reacción, misiles con alcances estratosféricos e ingenios nucleares. Lo que, para escritores como Luis Alfonso Gámez, sugiere un origen humano producto de aquella época. La idea de estar ante un mito de la era espacial.

Pintura mural en Val Camonica (Italia), que según los ufólogos representa dos astronautas.
A esta relación causa-efecto se han opuesto autores como Erik von Däniken, Juan José Benítez o Jacques Vallée quienes sostienen que, desde el pasado más remoto, el ser humano trató de adaptar lo que veía a su intelecto, relacionando los distintos avistamientos con objetos conocidos, cercanos a él.
El primero planteó que muchas de estas referencias antiguas serían registros de observaciones reales de supuestas naves alienígenas, que habrían recibido distintas denominaciones en documentos antiguos: «vehículo de los dioses», «vimana», «carro pushpaka» y «marut» (todas ellas en el Ramayana hinduista, del siglo iii a. C..); y también «bórax resplandeciente», «carro de fuego», «disco solar», «escudo que vuela», «escudo yacente», «esfera transparente», «espada voladora», «flecha ígnea», «luz cósmica», «nube con ángeles», «nube de fuego», «perla luminosa», «serpiente de las nubes».
Asimismo señala que, si estos vehículos aéreos estuvieran tripulados, se produciría igualmente el contacto con los eventuales seres extraterrestres, quienes transmitirían a los observadores enseñanzas diversas. Según estas teorías, el origen de muchas de las civilizaciones del pasado (Egipto, Babilonia, etc.) sería extraterrestre, o al menos, las tecnologías para realizar sus obras serían de origen o inspiración extraterrestre.
El Pushpaka vimana volando en el cielo


Otros autores, como Luis Alfonso Gámez o Benjamin Radford, mantienen que las conjeturas de Däniken y otros contienen, además de una gran ignorancia sobre la historia antigua, una postura insultante y hasta racista contra esos pueblos, al no dudar de que los romanos pudiesen construir el Coliseo y los griegos el Templo de Artemisa, pero sí hacerlo cuando los ejecutores fueron otros humanos no europeos.
Benítez propuso en su libro Los astronautas de Yavé que una serie de extraterrestres entrenaron a Moisés en el monte Sinaí en distintas técnicas, se ocuparon de ofrecerle asesoramiento,
cuidaron y alimentaron a los padres de la Virgen María, se aparecieron a San José, los Reyes Magos o fueron los encargados de realizar la Anunciación.
Como en el caso de Däniken, el autor español no aporta ninguna prueba documental o arqueológica de dichos supuestos.
Comments